Jose Moya
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Hace 3 años que mi madre falleció en esta residencia. He pasado algunas veces por delante del edificio que en el que tantas ocasiones visité a mi madre. Lo miro como quien mira el castillo de Drácula a media noche. Me ha extrañado ver las buenas reseñas en Google. La falta de personal es evidente. Las multiples veces que visité a mi madre, casi todas por las mañanas, solo veías ancianos aparcados en la sala de espera viendo Telecinco. Muy poco de lo que se había prometido se cumplía: terapeuta ocupacional, gimnasia de memoria, talleres... Evidentemente cuando el anciano perdía movilidad, ya no podía atender a dichas terapias o talleres. Si ibas a preguntar a la terapeuta ocupacional porqué tu madre no había sido llevada a dichas terapias, lo descubrías al abrir la puerta del taller y encontrarte a la terapeuta con un anciano en cada brazo y otro colgado de la espalda. Igual que esas arañas hembra cargando a sus crías.
Durante los varios años que mi madre estuvo allí, yo y mis hermanos utilizamos diferentes enfoques para intentar que las condiciones de mi madre mejoraran, desde ir por las buenas y ser lo más diplomáticos posibles a poner quejas. Por el contrario, la estrategia del centro consistía en si te quejabas, tu madre, sufriría algún tipo de "cambio" en sus condiciones, como moverla de planta, a una con ancianos en peores condiciones, o requerir que firmáramos un permiso para poder atarla por las noches: Te quejas, te la devolvemos, parecía la consigna.
La lista de sucesos daría para un libro, y este post no da para tanto. No es una crítica contra los trabajadores, particularmente los que cuidan y limpian a los ancianos, y que posiblemente cobren muy poco, aunque es cierto que algunos comentarios de una de las doctoras hacia mi madre me dolió. Un día, porque tosía, quise que la viera la doctora. En todo momento fui amable y educado. Ella el apoyo de la enfermera, solo hacía que decir cosas negativas de mi madre, "hoy a tenido un día como siempre. Gritando y pegando". Notaba esa connivencia entre las dos, esa mandíbula rígida y esa sonrisa apretada, ese desparpajo de "te vas a enterar que te voy a decir unas cuantas cositas de tu 'querida mamá´" El momento fue espeluznante y clarificador. Afortunadamente, como he dicho antes, cuanto más abajo en la escala de trabajos del centro, el personal era más humano, a pesar de la sobrecarga laboral. Solo quiero hacer ver que tu padre, madre o abuelos no van a estar bien aquí, simplemente van a estar. Ya que considero que las normas básicas de higiene y atención se cumplen, pero nada más. Tristemente es lo que posiblemente vas a encontrar en otras residencias. Tenemos que ver qué son realmente estos centros de gestión privada con inversores y accionistas que solo buscan obtener beneficios. Como si esto fuera una "granja" de personas en las cuales nuestros ancianos son las vacas a exprimir, no clientes.
Llegaría la pandemia y mataría a 7291 ancianos en la C.A. de Madrid, y creo que 68 murieron en esta residencia. ¿Cómo se contagiaron tantos si estaban aislados en sus habitaciones y no se podían mover de manera autónoma? Eso es algo para lo que no encuentro explicación, o tal vez si la hay si leemos el articulo del periódico El Salto donde un auxiliar explica como se atendían a los ancianos en este lugar.
Lo cierto es, y por razones ajenas a ellos, que murieron sin traslado hospitalario. Fue como si te llamaran diciendo que tu madre ha tenido un accidente de tráfico y que la van a dejar morir entre los hierros del vehículo. Esa responsabilidad caerá sobre la actual presidenta de la Comunidad de Madrid.
Al final te quedará la culpa, que es con lo que ellos juegan, de saber si hiciste bien en confiar el cuidado de tus progenitores a un fondo buitre, y de esa culpa ellos se beneficiaran para hacerte creer que no había otra opción y que al final "iban a morir igual". Igual no.