Residencia de Mayores Los Peñascales | Albertia - Torrelodones, Madrid

Teba Cardo de Lucas

Gratamente sorprendida con esta residencia

Vistas algunas crònicas en los periódicos sobre incidentes en centros de mayores y, a pesar de las reticencias que tenía sobre ingresar a mi madre en una residencia... Visité varias instalaciones de la zona y destacó la dedicacióny empatia detectada ya en la primera visita con recepción, doctor y gerocultores. Finalmente, mi madre es usuaria desde hace 6 meses de este y centro, meses en los que ha tenido 2 ingresos hospitalarios teniendo que ser trasladada y todo lo que implica.
Importantisimo recalcar la buena gestión en cuanto a la coordinación de la ambulancia, comunicación de la situación, preparación de mi madre y el seguimiento por el doctor, de su estado hasta mi llegada al centro, siendo los auxiliares y enfermeros las piezas claves para que esto fuera posible, de verdad que son cercanos y se nota cuando alguien tiene dedicación!
Indicar también que la situación en que mi madre fue ingresada ( demencia senil con algunos episodios agresivos) y su palpable mejoría ( dentro de sus posibilidades..) me hacen confiar y estar tranquila, sería imposible sin los fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y al equipo médico, en definitiva.
Otro factor importantisimo es la limpieza y la calidad de la comida. Visito la residencia con regularidad y es un area vital para el bienestar de nuestros mayores. Además tienes servicio de peluquería, dentista, servicio espacial de lavanderia y planchado, animador socio-cultural, que facilita con mucho el día a día, sin tener que trastornar rutinas.

Espero que os ayude está información si os véis con las dudas que yo tenía, se pasa fatal... Ánimo!

Concha Pelaez

He tenido a mi madre , Ana Relaño, de 90 años en esta residencia durante unos meses y la atención que ha recibido por los trabajadores (asistentes sociales, enfermeros, medico, recepción, etc) ha sido excelente. Destacar la dedicación de Salvador (enfermero) cuya atención y trato de cariño hacia mi madre ha sido excepcional.
Muchas gracias

xuanxus Fc

Mi padre tiene alzheimer y está internado allí, es un internamiento complicado ya que es involuntario y teníamos miedo de como fuera su día a día.

Desde el primer momento la residencia se ha portado de 10 con nosotros y con mi padre, gracias a ellos está perfectamente integrado con el grupo y está encantado de como le cuidan, hasta le han habilitado una jardineras para que tenga un mini huerto.

Come comida casera, vuelve a tener horario y tiene un control de su medicación, en definitiva, es otro.

Desde aquí quiero agradecer a todo el personal el trato que le están dando y el cuidado que le dan.

Margarita Elías

Gracias de todo corazón por el cariño recibido y haber cuidado tan bien de mi padre hasta el ultimo momento. Siempre nos habéis ayudado a que todo fuera más sencillo dentro de unas circunstancias que no eran fáciles. Estoy muy agradecida a todo el personal, en especial a la auxiliar que cuidó de mi padre, a Belén por ser tan humana y por su disposición, siempre con cariño y empatía (no tengo suficientes palabras para agradecerte tanto), a los supervisores, en especial a Nacho, porque le sacó más de una sonrisa a mi padre y le hizo mucho más amena su estancia. Al Dr. Caballero por su amabilidad, profesionalidad y empatía. Sé que mi padre, allá donde esté, os estará eternamente agradecido.

Salvador Rodríguez

Trabajo desde ya hace más de un año . Nunca llegué a pensar que me gustaría tanto el trabajo con personas mayores . Gracias a mi equipo de trabajo , directivos, supervisores, enfermeros. Auxiliares , en fin a todos muchas gracias.

Patricia Pérez

Inhumanos. Sin preocupación ninguna.
Mi abuelo entró a esta residencia hace aproximadamente 2 meses. Era una persona con alzheimer pero todavía nos reconocía, entró hecho un rey, con un peso muy bueno y con muy buena cara y en su mayor parte del tiempo en sus facultades con la medicación. Entiendo que todo cambió puede afectar a las personas pero lo que no es normal es que en estos 2 meses se le encontrasen sus hijos cada dos por tres con la baba colgando por los tranquilizantes que le proporcionaban (haloperidol) cuando les venia en gana para calmar su agitación que no excedía ningún límite, simplemente echaba a andar, creo que con un poco de paciencia se le convencia perfectamente para que estuviese entretenido con cualquier otra cosa. O si no ... ¿Para que está formado el personal? Viendo esa situación, le llevaron a su neurólogo, allí el médico dictó expresamente que no se le podía medicar con ese tipo de tranquilizantes ya que él tenía su propia medicación para el alzheimer que ejercía su efecto en el sistema nervioso. Para colmo, también se les cayó y se lo encontraron tirado en el suelo, al preguntarles la hora ni sabían cuánto tiempo llevaba tirado en el suelo. El día de año nuevo, al ir a verle, estaba sin hablar, más para un lado que para otro y muy adormecido, le llevaron de nuevo al hospital. En el hospital de Torrejón en triaje y primera consulta se indicaba que tenía deshidratación. La justificación de la residencia era que no quería comer, que no queria la medicación. Mi pregunta es ¿Donde está el suero? ¿Donde está la medicación por vía? ¿Donde están los avisos a los familiares en estas circunstancias y no encontrarnos con una sorpresa cada día? SOLO EXCUSAS. Llegó a urgencias, si vierais como se comía mi abuelo un bocadillo no dais crédito, el pobre mío estaba ambriento.
¿Lo último que ha sido? Bueno el día 12 de enero, llega su hijo a las 14 de la tarde y se lo encuentra más para allá que para acá. Tensión por los suelos 5/8, pulsaciones por las nubes 160 y saturación de oxígeno en 87. ¿¡Cuando se avisa a los familiares!? No hubo aviso. El médico le dijo a mí tío "Anda! Iba a llamaros ahora". Sin comentarios. Lo trasladaron corriendo al hospital. Venia de una gripe mal curada, que habían tratado únicamente con Paracetamol e Ibuprofeno en la residencia incluso teniendo una infección increíble no se le proporcionó antibiótico. La llegada a urgencias fue una infección pulmonar (Neumonía bilateral) y de riñones, aparte de todas las constantes alteradas que concluyen que mi abuelo entra con una SEPTICEMIA o SEPSIS. Un cuadro muy grave con una elevada tasa de mortalidad.
Hemos estado una semana con mi abuelo agonizando en una cama de hospital. Irreconocible en cuestion de una semana. Hasta que falleció, gracias a Dios, rodeado de sus hijos y nietos. Y en mi caso no pararé hasta extender está mala praxis inhumana de esta residencia de "Los Peñascales".

Mi abuelo estaba en plena forma física, antes de esta gripe había pasado por otras incluso por el COVID y fiebre. Y nada de eso, en las mismas condiciones le había llevado a tal situación. Mi abuelo ya no puede quejarse, está bajo tierra, de hecho él ni si quiera se quejaba nunca de nada, y precisamente por eso, POR LA INJUSTICIA, levantaré la voz hasta donde haga falta para señalar con el único fin de que al menos si hay un poco de conciencia, sean conscientes de que tienen vidas de personas entre las manos.
Me parece vergonzoso y no dudaré en trasladar esto a todos los medios posibles.
UNA VERGÜENZA.

Nicole Torres Tamayo

La peor decisión que pudimos tomar fue llevar a mi abuela a este lugar. Lo que los demás usuarios cuentan sobre las escaras en nalgas, piernas y pies es real, pero en nuestro caso acabó derivando en que a mi abuela tuvieron que amputarle la pierna con 89 años. Ese era el nivel de dejadez de este lugar.

Por otro lado, en su último año de vida dos auxiliares la dejaron caer mientras la cambiaban, lo que propició la rotura de tibia y peroné. Inoperable a su edad, por lo que le pedimos a la residencia que si nos podía proporcionar una bota ortopédica, ya que había sido su responsabilidad. Nos dijeron que no, y que teníamos que comprarla nosotros. Mi abuela no pudo utilizarla por mucho tiempo porque le producía escaras, tras lo que por supuesto la residencia se quedó con la bota y nunca nos la devovió. Espero que al menos le sirva a otros pacientes. Mi abuela vivió su último año de vida con unos dolores terribles por culpa de haberla dejado en este lugar.

Otras cosas que también puedo confirmar: Le daban puré para comer y cenar todos los días. Para ellos era más fácil eso que sentarse a ayudarle con la comida. También desaparecieron varios efectos personales de mi abuela. Los propios auxiliares nos decían que no dejáramos nada de valor allí. Pero cosas tan básicas como llevarle a mi abuela una revista, un abanico o un cojín, no le duraban ni un día. Cuando íbamos a verla al día siguiente ya no estaban, se los habían dado a otros residentes (amigos de, por supuesto).

Por último, mi abuela falleció hace casi 2 años. El médico nos dijo que estaba en sus últimas horas. Aún así, no nos dejaron quedarnos con ella la última noche, a sabiendas de que fallecería esa noche porque nos dijeron que probablemente no llegaría a la mañana siguiente. "Protocolo COVID", decían. Y falta de humanidad, también.

Al auxiliar Adrián y a la supervisora Belén, gracias por ser la mejor parte de esta etapa tan mala.

Mi nombre es público en esta reseña y se me puede encontrar fácilmente en internet por si alguien necesita una reseña más detallada de este sitio, y experiencia de primera mano.

Francisco Javier Grande Fariñas

Residencia para mayores situada muy cerca de Torrelodones, a unos 35' en coche desde Madrid. No es tan grande ni tan "moderna" como otras de renombre, pero les supera ampliamente en cuanto a la calidad de los servicios que ofrece y al trato humano que dispensa a los residentes. Limpieza, organización, cuidados básicos, atención médica, comida, instalaciones, trato humano y cariñoso...hacen lo que dicen y dicen lo que hacen. Salvando las lógicas diferencias...te hacen sentir como en casa. Muy recomendable.